Hemos amanecido a las 5:30 hora local en casa de doña Yelba, entraba la luz ya a raudales por la ventana y a la puerta de la casa, en la rotonda Centroamérica y comenzaban a vocear sus destinos los microbuses ("intermortales" para los amigos, ya que se van jugando la vida por lo rápido que conducen). En el jardín parloteaba la lora Paquita imitando palabras humanas... Imposible ya volver a pegar ojo entre la luz y lo